¿Cuál es el arjé de Anaxímenes?
Anaxímenes fue un filósofo presocrático de la antigua Grecia que vivió en el siglo VI a.C. Se le atribuye la idea del arjé como principio fundamental o sustancia primordial de todas las cosas. Según Anaxímenes, este arjé es el aer, el aire.
Para Anaxímenes, el aire era el principio básico de todo lo que existe. Consideraba que el aire era infinito y eterno, y que a partir de él se generaban todas las demás sustancias y elementos del mundo. Según su teoría, el cambio y la transformación de todas las cosas se deben a la modificación de la densidad del aire.
Para Anaxímenes, el aire también era la causa de la vida y la respiración. Creía que el aire vital era el alma que animaba a los seres vivos, y que cuando el aire se condensaba y enfriaba, se convertía en agua, y cuando se condensaba aún más, se convertía en tierra y piedra.
¿Cuál es el arjé de Anaximandro y porqué?
Anaximandro, filósofo y científico griego del siglo VI a.C., tiene una idea del mundo muy diferente a la de sus contemporáneos. Se pregunta por el origen y la naturaleza última de todas las cosas, y para él, la respuesta se encuentra en un concepto que él llama arjé.
El arjé de Anaximandro es un principio o sustancia fundamental que es eterna e indestructible. No puede ser creado ni destruido, y de él proviene todo lo existente en el mundo. Es algo infinito e indeterminado, que no puede ser identificado con ninguna entidad física o material concreta.
La elección de este concepto abstracto como el arjé es lo que distingue a Anaximandro de otros filósofos presocráticos. Para él, no hay un elemento específico como el agua o el fuego que sea la base de todo, sino que existe algo más amplio y universal que engloba a todas las cosas.
Anaximandro argumenta que el arjé debe ser infinito porque es inmortal. Si el principio fundamental fuera finito, entonces tendría un comienzo y un fin, lo que implicaría su aniquilación eventual. Sin embargo, si el arjé es infinito, entonces es eterno y no está sujeto a ninguna forma de cambio o destrucción.
Para Anaximandro, el arjé es también indeterminado. Es decir, no puede ser definido o limitado por ninguna cualidad específica. No es agua, fuego, tierra o aire, ni tampoco es una deidad o entidad sobrenatural. Es algo más abstracto e incomprensible, que escapa a las categorías y definiciones humanas.
En conclusión, el arjé de Anaximandro es un concepto abstracto e infinito que representa el principio fundamental e indestructible del mundo. Es la base de toda la existencia y está más allá de nuestra comprensión racional. Su elección del arjé refleja su visión única del universo y su búsqueda de respuestas profundas sobre la naturaleza de la realidad.
¿Por qué el aire es el arché de Anaxímenes?
Anaxímenes fue un filósofo presocrático que consideraba al aire como el arché, es decir, el principio fundamental y primordial de todas las cosas. Para comprender por qué Anaxímenes llegó a esta conclusión, es importante analizar su manera de pensar y las bases filosóficas en las que se apoyaba.
En primer lugar, Anaxímenes compartía la idea de sus predecesores de que el arché debía ser un elemento que estuviera presente en todas las cosas, ya que este principio era intrínseco tanto a los seres vivos como a los objetos inanimados. Además, consideraba que este elemento debía ser eterno y no sujeto a cambio o destrucción.
Anaxímenes se basó en sus observaciones de la naturaleza para llegar a la conclusión de que el aire era el arché deseado. En su teoría, explicaba que el aire era una sustancia omnipresente y que se encontraba en constante movimiento. Creía que el aire podía condensarse y ralentizarse para convertirse en otros elementos como el agua o la tierra.
Otro de los argumentos de Anaxímenes para defender su teoría estaba relacionado con la experiencia sensorial. El aire es invisible, pero puede ser percibido a través de nuestras sensaciones, como la respiración o el viento. Además, él también consideraba que el aire era necesario para la vida, ya que sin él no podríamos respirar y, por lo tanto, sobrevivir.
En resumen, Anaxímenes consideraba al aire como el arché porque cumplía con los requisitos de ser omnipresente, eterno, estar en constante movimiento y ser fundamental para la vida. Su teoría se basaba en observaciones de la naturaleza y en la experiencia sensorial. Aunque hoy en día sabemos que el aire es una mezcla de gases, la teoría de Anaxímenes sentó las bases para el desarrollo posterior de nuevas ideas y teorías en la filosofía y la ciencia.